
Óscar Acosta, de La tiendita de los horrores, asegura que “el teatro musical está lleno de cosas positivas”
El actor se asume como testigo y protagonista del teatro musical en México, tras una carrera de 25 años que consolida en La tiendita de los horrores.

Óscar Acosta forma parte de la obra 'La tiendita de los horrores
El actor, que impresiona con sus casi dos metros de estatura, no pierde durante la entrevista esa sonrisa del niño que por primera vez asistió a una obra, El pájaro azul, con Lolita Cortés, en el Teatro de los Insurgentes, que decidió su vocación y destino, aunque ya bailaba y cantaba en todo festival escolar.
“Yo quiero hacer eso. Es un sueño, está espectacular, es una obra preciosa”, cuenta que pensó entonces.
“El teatro musical está lleno de cosas positivas, magia y emociones para la gente”, resume Óscar Acosta, quien recibió un homenaje en una función por cumplir 25 años de carrera en el teatro.
Después de cantar en el coro de su iglesia con su maestra y directora, Rocío Sandoval, Ramón Noble convirtió a la agrupación en un coro adscrito al Instituto Nacional de Bellas Artes, con el que Acosta cantó en escenarios como la Pinacoteca Virreinal, el templo de Santa Teresa la Antigua o Bellas Artes.
Del coro pasó a estudiar música, que combinaba con sus clases de dibujo y pintura que tomaba desde niño, gracias a lo cual otra de sus facetas, además de actor, ha sido la de escenógrafo, carrera que consolidó en México con estudios de diseño gráfico y en Madrid con una carrera de escenografía para cine, teatro y televisión y que le ha permitido, por ejemplo, diseñar a su coprotagonista en La tiendita de los horrores, la planta carnívora Audrey II, en su actual temporada en el teatro Hidalgo del IMSS.
“Cuando tuve uso de razón, dije: 'Quiero ser escenógrafo'. Luché por ser escenógrafo, estudié y lo logré. Iba al teatro todo el tiempo y siempre pedía como regalo de cumpleaños que me llevarán al teatro”, agrega el artista, también parte del elenco de musicales como El mago o Papi piernas largas.
Acosta comparte el escenario en La tiendita de los horrores, con temporada desde enero con funciones viernes, sábado y domingos, con Chantal Andere y Lorena D' la Garza, quienes se alternan el rol de Audrey, dirigidos por Ricardo Díaz, en la producción del musical de Howard Ashman y Alan Menken.
“A lo largo del tiempo fui viendo esta evolución increíble de los musicales, tanto en el mundo como en México, porque tuve la fortuna de viajar en muchas ocasiones con mi familia y siempre que podíamos íbamos a ver espectáculos donde se podía. Cuando llegó aquí a México La Bella y la Bestia, la primera versión que estuvo en el Teatro Orfeón, para mí fue un parteaguas, porque ahí sí dije: 'Esto sí ya es demasiado. Yo quiero estar ahí arriba o quiero hacer la escenografía, quiero hacer todo”, refiere Acosta.
El actor, director y escenógrafo cuenta que empezó a hacer audiciones, mientras se preparaba mucho más, con la conciencia de que para trabajar en la comedia musical la competencia es fuertísima y feroz.
“El camino me fue llevando por todo este sendero de emociones y de experiencias que me han permitido estar protagonizando La tiendita de los horrores, un sueño cumplido que nunca imaginé. Ha sido también fantástico ver esta evolución de la tecnología, de los materiales, porque empecé muy joven y ahora ver los materiales con los que puedo trabajar o los que trabajan mis compañeros, la ingeniería que existe para hacer este tipo de espectáculos tan visuales y tan llenos de magia para el público, ha sido increíble”, agrega Acosta, creador de la planta carnívora que ha impactado al público.
¿Qué necesita el público de un musical y qué le ofrece el musical al público?
"En general, los musicales que están bien escritos y bien hechos aportan historias importantes, emociones fuertes al público que te remontan a cosas de tu vida o a recuerdos o a cosas presentes, y te mueven, te mueven el corazón. La música, obviamente aunado a una buena historia y a unas buenas letras, emociona muchísimo. El musical es eso que tiene, que la música hace que sientas el doble estas emociones y estas ideas que se tratan de transmitir en los musicales, tal cual.
Ofrecen una gama increíble de emociones, de ilusiones, de magia, visuales, de textura, que enaltecen todos tus sentidos. El musical tiene todo para que la gente pueda disfrutar y emocionarse con este menú que les ofrecemos al venir al teatro a ver grandes cantantes, grandes actores, grandes bailarines, escenografías espectaculares, iluminación que te emociona, las orquestas en vivo que son maravillosas. Estamos llenos de cosas positivas para que la gente disfrute un buen espectáculo."
En un musical como La tiendita de los horrores, que mezcla lo romántico con lo social e incluso aborda la violencia de género, ¿Cómo se puede meter la realidad en la irrealidad?
"Pues fíjate que, qué buena pregunta, porque es un trabajo enorme. Como actor y como artista, en general, te tienes que preparar, investigar sobre estos personajes que te toca representar y saber que les tienes que dar verdad, para que el público te lo crea. Es como la gente que hace películas y que les creemos a todos los villanos que son unos malditos y en la calle los quieres patear porque son unos malos, que pasaba mucho en la antigüedad en las novelas aquí en México. Aquí es exactamente lo mismo, es creerte la historia, entenderla bien y hacer que la gente crea que lo estamos haciendo es de verdad, que nos sucede mucho aquí en La tiendita de los horrores, que la gente se sorprende.
Le das una cachetada y la gente dice: Sí le pegó. En realidad no, sería fatal. En La tiendita de los horrores, la planta se mueve y la gente nos dice: ¿Cómo? ¿Está viva? ¿Qué tiene? ¿Cómo se mueve? ¿Por qué? No lo entienden porque hacemos magia, logramos que la gente se compre estos personajes y uno mismo se los tiene que comprar, pues si el actor no se lo compra, no hay manera que te lo crean”.
¿Cuál es su favorita: Audrey I u Audrey II?
"La Audrey I es obviamente la actriz que es de la que me enamoro y es mi consentida, la verdad. Yo hago todo por quedar bien con ella, porque ella se enamore, se fije en mí, crea que soy un hombre de éxito. Y la Audrey II, pues, son sentimientos encontrados, porque esa plantita me hace que justamente Audrey me voltee a ver, que la gente me voltee a ver, que tenga yo éxito, que la florería crezca, pero me hace hacer cosas horribles. Entonces, le tengo respeto a la Audrey II, porque es un poco malévola."
¿No diría que su relación más fuerte es con Audrey II?
"Puede ser que sí, fíjate que sí, porque es una relación de amor y odio a la vez, porque creo que con este personaje te lleva al pensamiento de hasta dónde puedes llegar por alcanzar tus sueños y dónde están los límites. A veces no medimos en dónde está la línea para no pasarte y suceden cosas."
¿Dónde nace el humor en una historia como ésta, que parte de una película incluso gore?
"Es un texto que está muy bien escrito; es un humor negro, que son situaciones, como bien lo decías, con estos temas de la violencia, del maltrato, porque también es violencia y maltrato. Seymour también es maltratado, es un joven que recogieron, pero en lugar de hacerlo con caridad, se aprovechan de él y es maltratado, literalmente, no físicamente, pero sí psicológicamente, y ese tipo de cosas a veces a la gente le pega porque muchas de esas cosas están en la realidad. Desgraciadamente a la fecha sigue eso en el mundo entero y ante esas situaciones la gente se ve reflejada y el humor negro hace que te rías."
¿Reírse de eso es cómico?
"Digo, también esta obra está dirigida mucho hacia lo cómico, pero llevado a lo exagerado, también hace que la gente se ría de un villano como El Dentista, que es un personajazo que interpreta a Juan Fonsalido, que lo hace extraordinariamente bien, pero es una cosa burda, exagerada, caricaturesco. Y a la gente no le queda de otra más que de verdad reírse, porque es muy cómico, pero cuando ya ven las cosas reales que él hace, la gente guarda silencio, es un contraste fuerte, porque cuando vienen estas escenas de violencia pensarías que a lo mejor a la gente le va a dar risa y no le da risa en lo absoluto. Es interesantísimo lo que el autor de esta obra logró con este humor negro, que en la película también lo es: te ríes, pero de repente dices: 'Ay, ¿Qué está pasando?' Porque tiene cosas también macabras."
Si no fueras Seymour, ¿Qué personaje te habría gustado encarnar?
"Ay, Dios mío. La planta, hacer su voz; me hubiera gustado muchísimo hacer este personaje, que aunque no está presente en el escenario, siempre está en cabina, en vivo, lo hace Jair Campos. Híjole, me parece un personajazo también, porque tienes que darle vida a un objeto inanimado y, de pronto, que vive y la gente se la compra. Y además es simpático el personaje, a pesar de que es macabro."
¿Tiene que ver eso con que tu la diseñaste, le diste vida?
"Sí, yo creo que sí. Desde muy chico, los puppets han sido mi fascinación, siempre he tenido como una conexión increíble con ellos. Y, para mí, hacer las plantas, los puppets, crearlos y diseñarlos, y ver que funcionan, y que la gente se impacta tanto, es de los mejores regalos que me ha dado mi carrera."
¿Qué te deja La tiendita de los horrores?
"El regalo inmenso de cumplir un sueño. Era un sueño ser Seymour y hacer las plantas. Soy muy privilegiado por cumplir este doble sueño. Me siento de verdad honradísimo de la oportunidad que me dio Juan Torres, de creer en mí, de creer en que sí iba a realizar las plantas y las iba a hacer bien, que iban a funcionar. Y creer en mí como actor y como cantante para ser este personaje y representarlo de la manera más honesta y con todo el amor del mundo. Es de los mejores regalos que me ha dado la vida, porque muchas personas siguen buscando sueños y aún no los encuentran."
¿Y qué le deja Óscar Acosta a La tiendita de los horrores?
"Mucho amor a este proyecto porque fueron horas y horas de trabajo, que lo tenía que conjuntar con los ensayos, aprenderme mis textos, aprenderme mis canciones, estar al pendiente de mis compañeros. De verdad, dejé el corazón en las plantas, en la escenografía, en la dirección creativa. La verdad me siento igual honrado de haber podido dar una nueva versión a México que haya dejado tanta huella porque la gente de verdad sale fascinada."

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