El productor Julio Chavezmontes estará presente en el Festival Internacional de Cine de Venecia con la película El Jockey, protagonizada por Úrsula Corberó, Daniel Giménez Cacho y Nahuel Pérez Biscayart, coproducción entre México y Argentina, dirigida por Luis Ortega para competir por el León de Oro.

“Es una emoción muy grande volver, siempre es increíble ser invitado porque es un reconocimiento para todo un equipo, para celebrar y mostrar la película al mundo que deja de pertenecerte para que sea del espectador y hacerlo en un Festival Internacional como el de Venecia es lo más especial e inimaginable”, comentó Julio Chavezmontes en entrevista con MILENIO.

Representar a México es una gran responsabilidad, el cineasta sabe que cuando sale a grandes festivales internacionales, los éxitos se dan gracias al trabajo de equipo, “ la responsabilidad que siento es asegurar que esta industria siga y que funcione para las nuevas generaciones, que todo el gran talento que viene cuente con oportunidades para desarrollarse, crecer y llegar a los lugares a los que hemos alcanzado lo demás”, dijo.

El Jockey es una película en la que se plasma la libertad e imaginación, elementos que atraparon la atención de Chavezmontes, aunado a esto las ganas de hacer un cine diferente a lo que se ve en Latinoamérica, la búsqueda artística y contar temas de manera profunda como la autodestrucción, adicción, depresión, que son tabú en México lo motivaron a hacer este proyecto.

“Los temas no los abordamos desde el juicio moral o aleccionamiento, sino que lo quisimos hacer desde el entendimiento. La propuesta visual que hacemos es muy original, porque las imágenes valen más que mil palabras”, detalló.

En su opinión la industria cinematográfica ha llegado a un momento coyuntural donde en los últimos 20 años se ha visto un cine mexicano extraordinario, equiparable a la época de oro con la diferencia de que ahora el público mexicano no lo conoce por la falta de recursos y políticas para acercar al público a este patrimonio cultural.

“Los apoyos que existen se han quedado insuficientes a lo que hace la industria, se necesita un nuevo impulso para hacer grandes cosas y crear una industria más plural y diversa, donde quepa de todo, las grandes producciones internacionales y comerciales, películas experimentales pequeñas, audiovisual indígena y cine comunitario, pero requiere de diferentes políticas públicas para incentivarlo”, comentó.